2011 Volume 6 Pages 19-34
En las últimas décadas, hemos asistido a un debate cada vez más intenso en torno a la conservación del centro histórico de la ciudad, cuyo mayor interés como patrimonio cultural queda meterializado en estructuras y elementos de carácter fundamentalmente arquitectónico, integrantes del propio entorno edificado (built environment) del casco histórico. Restos arqueológicos de origen romano, arcos medievales de estilo gótico, fachadas modernas del siglo XIX, o hasta una lápida funeraria, forman parte de ese conjunto de patrimonio que, sepultado en suelos o paredes de edificios, calles o plazas, nos invita a conocer in situ la evolución histórica y urbanística de la ciudad a lo largo los siglos. Sin embargo, su total integración en el tejido urbano nos plantea cuestiones complejas de índole tanto conceptual como práctica a la hora de acometer acciones y medidas para su digna conservación y puesta en valor. El presente trabajo reflexiona sobre esas complejidades inherentes a la política de patrimonio a partir del caso concreto del centro histórico de Tarragona (la Part Alta). El artículo se estructura en tres partes bien diferenciadas, en las cuales se someten a un análisis por separado los principales factores que condicionan el presente y el futuro del patrimonio: 1) Compatibilidad entre la política de protección del patrimonio y el planeamiento urbanístico; 2) Selección de los bienes para la conservación; y 3) Agentes participantes de la conservación y la puesta en valor. La experiencia de Tarragona atestigua la enorme dificultad que entraña la conjunción de la política de patrimonio y el urbanismo, dos políticas que a menudo siguen objetivos poco concordantes e incluso contrapuestos. La conservación del patrimonio, sin embargo, no siempre constituye un mecanismo articulado para fosilizar la fisonomía externa de la ciudad. La misma política a veces actúa como motor de cambio con gran incidencia en el espacio de la vida ciudadana, una fuerza innovadora aportada sobre todo por la intervención de agentes privados que se identifican con el patrimonio común de la ciudad.