HISPANICA / HISPÁNICA
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1985 巻, 29 号
選択された号の論文の8件中1~8を表示しています
  • 原 誠
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 1-16
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    En lingüística, esta muy de moda la representación formularia, la cual, sin embargo, no creemos que sea 100% válida. Por ejemplo, al explicar los usos del artículo, resulta inválida, porque la explicacion de sus usos es a prior ad hoc.
    Creemos que lo que corrige y compensa algunos defectos de la representación formularia es el meta-lenguaje. Por ejemplo, por él podríamos negar totalmente la existencia de la neutralización fonológica. En morfología, es válido para explicar el futuro irregular de indicativo del verbo ‘querer’. En el campo de la semantico-sintaxis, es ütil para analizar el refrán para cuyo analisis se necesitan dos estratos semanticos B y A en la gramática productiva. El estrato B será representado por el meta-lenguaje, no por la figura de acerico.
    En fin, la lingüística es una cosa y la matematica que es muy próxima a la representación formularia, otra. Creemos que el aproximar la lingüística a matemática o a ciencias naturales quiere decir una gran deshumanización, y que es posible que nos lleve a una fatal catástrofe cultural.
  • 三好 準之助
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 17-30
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    La serie de 3 demostrativos españoles, ESTE/ESE/AQUEL, se presenta en los textos de libro de la gramática española, publicados en Japón, co-relaciónada con otra serie bien conocida de los demostrativos de la lengua japonesa, KO-/SO-/A-, resultando una co-relación trimembre; ESTE=KO-, ESE=SO- y AQUEL=A-.
    Sin embargo, tras una simple experiencia de analizar el discurso español se nota claramente la existencia de varios usos de desacuerdo referente a la conexión mecánica de la serie de demostrativos españoles con la serie japonesa. Y es bastante difícil explicar sistemática y lógicamente este desacuerdo.
    Hemos intentado en este trabajo explicarlo por media de cierta medida objetiva, que debe de servirnos de criterio de pensamiento para la investigación semántica de carácter comparativo de estas dos lenguas distintas. Se trata del sistema de 3 personas gramáticales. Si queda la función demostrativa de la serie española, ESTE/ESE/AQUEL, hasta cierto grado co-relativa con la gramátical de la serie de 3 personas, y también si resulta que la de KO-/SO-/A- queda igualmente co-relativa con la función gramátical de 3 personas, entonces la co-relación hispanojaponesa de los demostrativos, arriba referida, puede ser un método ütil y positivo de la ensenanza de la lengua española a los estudiantes japoneses. Y hemos llegado al resultado analítico siguiente:
    La función demostrativa de ESTE/ESE/AQUEL se encuentra fundamentalmente basada en la relación “deíctica” del hablante con el objeto señalado, y los demostrativos japoneses de KO-/SO-/A-funcionan de manera fundamental segün el conocimiento que concibe el hablante referente a las relaciónes deícticas del objeto señalado con el mismo hablante y con el interlocutor: si, segün el conocimiento del hablante, el objeto de señalamiento pertenece a la zona espacio-temporal, actual y psicológica, donde es dominante el que habla, entonces se utilizan las formas derivadas de KO-; si el objeto ha de pertenecer a la misma zona que ha de dominar el interlocutor, segün tiene entendido el hablante, entonces el objeto se señala por el demostrativo de SO-; y si el hablante piensa que el objeto no pertenece a aquella zona ni a ésta, entonces el señalamiento se realiza por una forma linguistica que contiene la raíz morfológica de A-. Es decir, los demostrativos españoles son de la función YO-ista (nuestro término), y los japoneses son de la correspondista (también nuestro término).
    Por consiguiente, por ahora podremos decir que la co-relación establecida entre la serie de 3 demostrativos españoles y otra serie de 3 demostrativos japoneses es prácticamente eficaz para aprender básicamente la lengua española en Japón, pero como la función fundamental de los demostrativos españoles es diferente de la de los japoneses, sería mejor que tomáramos en consideración el hecho de a) que ESTE pueda señalar al objeto a que se señala en japonés por A-, es decir, ESTE≠KO- (ESTE=A-), y b) que el señalamiento de ESE posiblemente corresponda a varios casos japoneses del señalamiento por A-, o sea ESE≠SO- (ESE=A-), cuando al hablante japones de la lengua japonesa no le parece que el objeto en cuestión, cercano al hablante, pertenezca deícticamente a sí mismo ni al interlocutor. Kioto, 15-VI-85
  • 酒井 優子
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 31-49
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    La prueba de Sakai (1983b) era inducir el índice de cambio de las consonantes con 1554 hipocorísticos. Por ejemplo, cuando Jesüs cambia en Chus, ocurre un cambio consonántico de x>ch, con lo cual la x cuenta -1 y la ch, +1 en cada índice.
    En Sakai (1983 a), tratando los 181 hipocorísticos en que se reduplican ciertas consonantes, hemos propuesto una fórmula para crearlos; - (C1V1) -C2V2XC3V3- (C4V4) - (S) [±m]. Allí ha resultado que el índice de cambio o de asimilación afecta propensamente a la dirección de la asimilación; progresiva o regresiva.
    Ahora comparamos primero el índice de cambio que hemos visto en Sakai (1983b) con el de asimilación que se encuentra en Sakai (1983a). En resumidas cuentas podríamos decir que las ch, y y l son las consonantes resistentes, las s, c, r, d y x son las perdidosas y las p, ñ, sh, g, ll, m, rr y b se quedan en medio en la formación de hipocorísticos españoles (figura 1, 2).
    Si vemos la frecuencia de cada consonante que nos presenta Navarro (1966), podemos observar que el índice de cambio o de asimilación de una consonante está en razón inversa a su frecuencia en general. A saber, cuanto más frecuencia tiene una consonante, más se pierde en los hipocorísticos y viceversa (figura 1, 3).
    En consecuencia llegamos a explicar que la formación de hipocorísticos se basa en el “desvío” no sólo de las vocales, el cual causa la neutralización de género (cf. Sakai 1984), sino de las consonantes, el cual conduce a las palabras comarcanas del español, digamos, auténtico; palabras de niños, onomatopeya, caló, voz india, anglicismo, etc.
  • 佐々木 克実
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 50-66
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    Este pequeño trabajo se dedica a ver cüales son las formas verbales de la segunda persona del plural que se usaban en el español mexicano a través del siglo XVI, desde el punto de vista morfológico. Con ese objeto, en el primer capítulo vemos la evolución de dichas formas en la Península Ibérica. Segün el momento en que desapareció la d intervocálica en la desinencia verbal (v. g. -ades, -árades), se pueden dividir dichas formas en dos grupos. Es decir, los tiempos verbales que tenían la desinencia grave y otros que tenían la desinencia esdrüdjula. Después de que los primeros perdieron la -d- de sus desinencias en la segunda mitad del siglo XV, llegaron a tener las desinenciasáis, -és e -ís. Y los segundos mantuvieron su -d- hasta fines del siglo XVII porque si hubiera desaparecido -d- y se hubiera monoptongado el hiato formado por la desaparición de la -d (comíades>comíaes>comías), se habría convertido en la misma forma que la de la segunda persona singular (Tü comías, y Vos comías). Entonces, en el siglo XVI en que llegó el español a Mexico y empezó a arraigarse allí, se encontraban varias formas verbales en el español peninsular.
    En el segundo capítulo se estudian las formas que aparecen en las cartas escritas en el siglo XVI en México, y conseguimos los siguientes puntos.
    1. En cuanto a la desinencia grave, se usan casi exclusivamente las que perdieron -d-, de las cuales -áis, -éis e-ís aparecen predominantemente.
    2. Acerca de la desinencia esdrüjula, se conserva todavía la-d- con muy pocas excepciones a través del siglo.
    3. En el pretérito indefinido de indicativo, -tes se usa más en la primera mitad del siglo XVI, y en la segunda la forma -teis predomina.
    4. En cuanto al imperativo, a pesar de que la forma con -d (v. g. amad) es más comün, se encuentra la forma sin -d (v. g. daos) cuando el imperativo se usa con el pronombre personal os en que la d desaparece por estar en la posición intervocálica.
    Así, todas las formas que se encuentran en el español peninsular también se ven en el español mexicano, aunque debe haber alguna diferencia en sus distribución y período en que se usan tales formas.
  • 杉浦 勉
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 67-81
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    Aunque dice García Márquez que la “soledad”, tema de vital importancia en su obra entera, es lo contrario de la “solidaridad”, ésta no juega un papel importante en la novela “Cien años de soledad”, ya que la novela enfoca precisamente en el tema de la “soledad”. Tampoco lo tiene la “complicidad”, muy frecuente en la novela, porque es la transgresión del destino de la “soledad” obligada a la familia Buendía, así como al pueblo Macondo. Aquí es donde se reconoce el sentido decisivo del “contacto”, que enlaza dos conceptos: la “soledad” y la “solidaridad”.
    El “contacto” de los Buendía (o la gente de Macondo) con los otros (realidad, mundo exterior …), significa el deseo que se huye de la “soledad” forzada y parece que se realice a través de la introducción de varias comunicasiones nuevas, que tienen la tendencia hacia el anacronismo, muy reconocible en algunos aspectos de su narrativa. Pero el “contacto” siempre resulta fracasado, porque está estorbado por las dificultades provenientes de la “soledad”, to cual se aclara mejor en las cartas escritas (o intercambiadas) por los Buendía, sobre todo, en las de tres casos particulares. Primero: las cartas en torno a Pietro Crespi, escritas por y enviadas a Rebeca y Amaranta. Segundo: las cartas de Fernanda del Carpio, sobre todo, con los médicos invisibles. Tercero: las cartas llevadas a los muertos por Amaranta que se va a morir.
    La tendencia anacróntica en “Cien anos de soledad”, muy característica tanto en su historia como en su obsesión por las cartas, significa, parece, la nostalgia por la “infancia”. Supone García Mírquez que la “infancia” se opone al régimen capitalista, que le causa a Macondo grandes estragos y de ahí, considera el modelo socialista en la realidad como el ideal de su propia idea literaria. Pero aquí, segün pensamos, se equivoca García Márquez, creyendo en la “infancia” corrom ida por el sistema social en la realidad, porque el conflicto no anandonado de los personajes familiares con la “soledad” se representa por lo que dicen las cartas.
  • 高橋 覚二
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 82-94
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    El verbo ser se usa de dos maneras: verbo copulativo y predicativo. Las funciones de ser son las siguientes:
    Verbo copulativo
    Función atributiva: Pedro es alto.
    Función identificadora: Pedro es médico.
    Son las dos.
    Fue por aquí por donde se escaparon.
    Es que tengo prisa.
    Función locativa: La fiesta es a las ocho en mi casa.
    La estación es al fondo de la calle.
    Verbo predicativo
    Función predicativa: Sea lo que Dios quiera.
    Tradicionalmente se cree que la función locativa es del verbo predicativo, pero la presencia obligatoria del elemento adverbial denota que gramaticalmente éste no funciona como complemento circunstancial, sino como complemento predicativo.
  • 高橋 節子
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 95-112
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
    En el español actual los casos (acusativo y dativo) no siempre corresponden a sus funciones gramaticales (complemento directo e indirecto) sino representa una incorrespondencia entre ellos en alqunas condiciones gramaticales. Sobre todo en los verbos emocionales como alegrar, molestar, preocupar, etc. esta variación mencionada arriba se nota en todos los autores que hemos investigado hasta ahora.
    Véanse los ejemplos siguientes sacados de la obra “Islas y los demonios” por Carmen Laforet (1970, Barcelona, Destino).
    Sus amigas la molestaban. (p.19)
    Tampoco a Marta le molestaba la sübita aparición de su amigo. (p.158)
    El primer ejemplo elije el caso acusativo mientras el segundo el dativo, aunque los dos frases tienen el mismo verbo emocional.
    La incorrespondencia entre los casos y las funciones gramaticales en los verbos emocionales no se podría explicar a menos que especifiquemos las interrelaciones entre los cuatro niveles lingüísticos, i. e. semántico, sintáctico, morfológico y pragmático.
    La causa de esta variación casual se puede atribuir a la disconcordancia de la relación entre estos niveles:
    1) Los verbos emocionales se clasifican entre los transitivos en el nivel sintáctico.
    2) Pero desde el punto de vista semántico el sujeto no se encuentra más activo que el complemento, a pesar de que es una condición inevitable para interpretarse como transitivo.
    3) La estructura pragmática no-marcada de los verbos en cuestión es la aplicación del complemento al Tópico, al contrario de los transitivos típicos, en los que el Tópico coincide con el sujeto.
    Estos cuatro niveles lingüísticos están íntimamente relacionados y cada uno de ellos está codeterminado por los otros tres niveles funcionales. Más específicamente tanto la forma como el contenido semántico pueden variar de acuerdo con las diferentes asignaciones de función que se den a sus constituyentes en cada uno de los cuatro niveles lingüísticos.
  • 福嶌 教隆
    1985 年 1985 巻 29 号 p. 113-117
    発行日: 1985/12/31
    公開日: 2010/06/11
    ジャーナル フリー
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