La industria textil de la ciudad de Segovia, nacida en el siglo XI, tenía como su marco productivo el “Verlagssystem” (sistema de encargo) hasta el final de la Edad Media. De los organizadores del sistema, los “hacedores”, la mayoría fueron los “tejedores-hacedores” y, bajo su dirigencia, los artesanos agrupados en las cofradías realizaron las operaciones y produjeron los panos de calidad media-baja utilizando lanas churras y omitieron muchas veces el tundido (un oficio importante del acabado), ya que durante esta época no existió ningún control de calidad.
En tal marco ocurrieron algunas transformaciones importantes desde 1494, cuando los Reyes Católicos empezaron el proceso del establecimiento de las “Ordenanzas Generales sobre la producción de los paños”, hasta 1538, cuando los artesanos segovianos establecieron sus propias “Ordenanzas de la fabricación pañera” siguiendo la idea de las “Ordenanzas Generales”. Con ambos reglamentos, que obligaban el uso de las lanas merinas, los trabajos minuciosos, la separación de los oficios y el sistema de la inspección del proceso de fabricacion por los “veedores”, se instituyó la organización basada en el control rígido, casi “gremial”, de la calidad. Tal organización requiere el coste elevado de la fabricación, favorable para los “mercaderes-hacedores” que tenían mayor capital. Y así ellos ocuparían la pocisión de preeminencia dentro de la industria textil segoviana y fundarían el “Verlagssystem” de mayor escala utilizando su fondo abundante.
Estos cambios internos, combinados con los externos como la situación favorable para los productores nacionales en el mercado de lana merina, la concesión de la franquicia de los impuestos indirectos, etc., contribuirán a la transformación en un centro representativo de la fabricación de paños de alta calidad y la industria textil de Segovia conocerá una época de gran esplendor en la decada de los ochenta del siglo XVI.
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