2003 年 2003 巻 47 号 p. 136-149
En De los nombres de Cristo se comentan algunos nombres de Cristo que aparecen en las Escrituras Sagradas. Fray Luis de León, sin mencionar los nombres que están vinculados con la divinidad de Cristo, trata simplemente de los “que convienen a Cristo en cuanto hombre” utilizando imágenes concretas y palpables: Pimpollo, Monte, Esposo, etc. Es porque él considera que los conocimientos humanos provienen de los sentidos corporales y la gente “no conosce bien lo espiritual si no es por semejanca de lo sensible que conosce primero. ”
Cumpliendo este criterio, Fray Luis de León acude, para hacerlo más persuasivo, a la ciencia de esa epoca, como la medicina, que se funda en fenómenos naturales. Además, exhibe su conocimiento de las lenguas clásicas, sobre todo, del hebreo y con este muestra más concretamente las imágenes de que hablan los textos originales. Consultando con la sabiduría de conocimientos contemporáneos, el discurso de Fray Luis de León no recurre a la discusión demasiado abstracta, sino que está basado en los sentidos corporales.
El punto de vista científico y positivista lo podemos encontrar en el humanismo médico, una de las corrientes intelectuales del siglo XVI. Por la búsqueda de los misterios escondidos bajo la letra de la Escritura, De los nombres de Cristo se parece al Enchiridion de Erasmo y, animado por éste, el erasmismo se dedicaba a difundir los contenidos biblicos en forma de paráfrasis.
Estudiando estas características, creemos que se encuentra en De los nombres de Cristo una mezcla del erasmismo y del humanismo médico.