Unos 80 años después de haberse publicado “El Sombrero de Tres Picos (1874)” de Pedro Antonio de Alarcón, se estrenaron tres obras teatrales que eran como adaptaciones teatrales de ella. Una, en Argentina, de Alejandro Casona “La Molinera de Arcos (1947)”, y otras dos, en Japón, de Junji Kinoshita “Akai Jinbaori (1947)” y “Sankaku Boshi (1951)”.
Leyendo detenidamente estas tres obras, notamos una gran diferencia sobre el estilo teatral de los dos dramaturgos, el japonés y el español.
En las obras de Kinoshita, se puede decir que hay muchos saltos líricos para los espectadores. Por ejemplo, no se puede entender bien por qué al tío Lucas se le ocurre la idea de encaminarse al corregimiento diciendo-i También la Corregidora es guapa!, ni por qué la Corregidora comprende la inocencia de Frasquita con sólo verla entrar por la puerta. Para Kinoshita, la dramaturgia es la manera de pensar, como repite tantas veces. En concreto la dramaturgia de esta obra se encuentra en el erotismo de Frasquita que resiste y se burla del poder del Corregidor. Por lo tanto, los protagonistas son Frasquita y el Corregidor, y no tienen importancia el tío Lucas ni la Corregidora. De ahí nace la falta de Kinoshita: Para él, Lucas y la Corregidora son fatalmente unas marionetas, que no actúan como seres humanos sino según la trama inventada por el autor.
Además, se puede indicar que el diálogo de Kinoshita es una copia fiel de la traducción al japonés de Yu Aida.
Por el contrario, Casona ha tratado de hacer una versión dramática auténtica para evitar la confusión de los espactadores. Ha procedido con plena libertad de escenificación : diálogo, personajes y situaciones son propios de Casona.
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