El presente artículo analiza las obras poéticas de Jorge Luis Borges (1899-1986) durante los años veinte. En aquel periodo, Borges concebía el proyecto de fundar una comunidad imaginada de su ciudad natal mediante la creación literaria: Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929). Esta idea se basaba en lo que llamamos “el creacionismo borgeano,” su propia estética influida por la teoría creacionista de Vicente Huidobro (1893-1948).
Al mismo tiempo, a través del análisis, resulta evidente que el poeta señala la imposibilidad de ese proyecto en sus poemas. En realidad, advertía que su comunidad poética se enlazaba con su emoción personal y que, por lo tanto, no se podía compartir con personas de distintos valores.
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